Hace un par de veranos viajé a Uruguay de vacaciones. Durante mis días en el país oriental intenté concretar con algún que otro local por las páginas de levante pero lamentablemente me quedé con las ganas de probar carne charrúa. Me tomé el Buquebús de vuelta feliz por el viaje pero cargadísimo después de 2 semanas de celibato involuntario.

Un orto espectacular. Redondito, grande, lampiño, limpio, hasta lubricado!
A bordo, mas allá de que el viaje no es muy largo, estaba medio inquieto e impaciente por ya llegar. Iba de acá para allá, boludeando por todas las zonas que mi pasaje de turista me permitían. Subía a la cubierta, me metía en el free shop, tomaba un café en el bar, volvía a mi asiento… En un momento tanto café y botellas de agua me hicieron efecto y me fui a uno de los baños a mear. Tenía bastante para descargar así que me pasé un rato largo en el mingitorio. En ese rato, apareció uno de la tripulación y se puso a mear al lado mío. No le presté mucha atención, terminé lo mío y me fui a lavar las manos. El chorro de meo no se le escuchaba, y por el espejo vi que el flaco me estaba mirando.
Me doy vuelta y me hace señas para acercarme, y me muestra un toque la verga, que estaba al palo. En el baño solo había un tipo en uno de los cubículos, así que con mucha carpa me acerqué, pelé, y el tripulante me la agarró de toque y me encajó un beso de una. Acto seguido, se mete en el baño de discapacitados y me pide entrar con él. Dudé un toque (acá no había donde “escapar” en caso de que algo no resulte), pero al final la calentura de días y de la situación (el pibe estaba bastante bien) me ganó y me metí. Desesperado el flaco!
Me manoseaba, me chapaba, me metía lengua por todos lados. Se puso en bolas casi enseguida. Yo solo me bajé el pantalón y me puse la remera detrás del cuello. El baño estaba bueno porque tenía mucho espacio, además de estar impecable de limpio. Se me prendió a la chota largo y tendido, y con lo mucho que le cabía lo agarre de la nuca y le taladré la garganta. Lejos de quejarse o de pedirme que pare, el marinerito me pedía más. A veces le tenía que meter la pija en la boca para que se calle porque hablaba como si estuviésemos solo nosotros en todo el barco (y afuera se escuchaba el ir y venir de gente). De repente se da vuelta, sin soltarme la chota con sus manos se da vuelta contra la pared, saca culo y me dirige hacia su hoyo.
La verdad, no andaba pensando que me iba a coger a un empleado de Buquebús así que no tenía forros. Pero la situación fue tan morbosa que se la mandé a pelo igual. Como se la comía! Un orto espectacular. Redondito, grande, lampiño, limpio, hasta lubricado! ¡No costo nada que entre! Así le di un buen rato, con toda la furia, parando solo para comerle la boca cada tanto.
Llegue un punto que ya la leche la tenía en la punta, lista para salir. Le pregunté donde la quería. “En la boca”, me pidió. Se la saqué, se agachó y se me prendió como ternero. No tardé mucho hasta que empecé a descargar todo lo que tenía acumulado desde que había salido de Capital varios días antes. La saboreo y se la trago con todo el placer del mundo el hijo de puta. Mientras me limpiaba, lo ayudé a pajearse. No iba a dejar que después de semejante servicio se vaya con toda la leche. Acabó en el inodoro, se vistió, me dio un beso y se fue, así como si nada. Sin el más mínimo disimulo. Yo todavía no me había terminado de acomodar, y cuando abrió la puerta había un par meando que se re dieron cuenta de todo.
De la vergüenza me quedé encerrado como 10 minutos, esperando que los que me hayan visto se hayan ido. Cuando al fin dejé de escuchar pasos o agua en las bachas, estando casi seguro de estar ya solo y sin testigos, abrí la puerta. No llegué ni a asomarme que se me metió un pibe de no mas de 23 años, trabó la puerta, me agarró la chota y me dice “vos de acá no te vas hasta que no me des pija como al de Buquebús”. Y para que negarme… Agachadito me la chupó hasta acabar (aunque este no la quiso en la boca así que acabé en el inodoro). Ahí si, salí con la chota bien liviana, a seguir disfrutando de los últimos momentos de las mejores vacaciones de mi vida.
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