El lunes pasado llegué a Mendoza para auditar una empresa con la que laburo en esta ciudad (esclavizarme pero ahora lejos de BA). Mendoza es dirigida por una loca de 50 y tantos años (LocaScan: Humberto, Local managing director, Casado, 2 hijos (aun no se como hizo para tenerlos) hiper inside the closet, es puto estilo Ante Garmaz, que se le escapan las plumas por los cuatro costados, pero él se cree el padre de familia ejemplar y el machote padrillo por que ha engendrado 2 niños). Claro, jamás hablamos de ello, pero mi gaydar no falla, es mas aun no entiendo como nadie en la empresa hizo algún comentario al respecto. Pero como toda loca, es autoexigente y súper comprometida con el trabajo, por lo que es un encanto ir allí pues todo esta en orden y rara vez se encuentra algún error. (Vamos las trolas al poder!) De todos modos, no le gusta mucho que la vayan a controlar y menos un pendejo de 35 años (Mierrrrrda ya estoy grande…)
El caso es que debía ir con alguien (solo una persona) para que me ayude y por esta puta disposición de reducir a full las reuniones (por la psicosis de la Flu A) así que me fui con Sabrina (GirlScan: Trainee de impuestos, 22 años (hijadeputa, si 22) estudiante de Económicas en Facuprivada, muy bonita, alta delgada (no me curé, sigo siendo puto, pero hay que reconocerle la belleza) y un tanto putita, pero es una de mis mejores asistontas, solo porque es muy inteligente (igual la conchuda no sabe hacer café) y se monta el laburo como si fuera lo único importante en la vida (workaholic), lo que a pesar de esa puta incapacidad mía de delegar responsabilidades, en ella se puede confiar).
El hecho es que he ido muchisimas veces a Mendoza y realmente disfruto mi estadía allí. Siempre compensando el laburo con el placer y el relax. Aun conservo celosamente mi lista de amantes mendocinos, pero en estos tres días que estaría allí me había propuesto encontrar (ya lo había encontrado solo quería comérmelo) a Sebastián (y literalmente sacarle el jugo al encuentro).
Sebas es un ex compañero de la Facu, que hacia dos años que se había mudado con su novia a esa ciudad, ambos cursamos juntos muchísimas materias, el era suboficial de ejercito y a su vez estudiaba económicas, (MachoScan: 1.75 delgado, 26 años fibroso, castaño claro pelo corto, Suboficial de caballería –Excelente montador- Verga delgada y larga –Apta para combate- , libidinoso y mujeriego al extremo, siempre con apariencia de “recién acabado” y un tanto reo para ser milico lo que me hacia mojar una y otra vez… Bastante machista y con un gran corazón…).
En épocas universitarias (esto sonó a que lo esta relatando un abuelo) estudiábamos juntos, el vivía con el hermano –también milico-, pero este ultimo se pasaba la semana dentro del regimiento –Siempre desee que me garchen los dos- , y entre libro y libro nos dábamos una buena sesión de sexo.
Obviamente el tenia novia, y cada vez que quería garchar conmigo, compraba cantidades industriales de cerveza o vino (siempre barato) cosa de “adjudicar” la calentura y posterior cogida a los efectos del alcohol, yo tenia la situación mas que clara y le seguía el juego…
Tal vez se sentiría menos macho si cogia con otro tipo estando sobrio. Acepte las reglas del juego y he pasado unos de mis mejores años universitarios… Este jueguito lo seguimos por dos años más o menos, hasta que la cosa se diluyo, pero siempre quedo en mí el recuerdo de ese amante fogoso, borracho y bien macho.
El primer día, Sabrina y yo trabajamos a full para luego darme una tarde genial en el spa del hotel, aproveche para que me hagan manicure, pedicure y masajes a cargo de la empresa (eso les pasa por mandarme lejos de mi spa).
Ya había contactado a Sebas y habíamos quedado en cenar juntos (solo se planteo la cena pero sabia a lo que apuntaba), solo debía solucionar un problemita que era cambiarme de habitación pues tenia a Sabrina en la de al lado y no quería levantar ningún tipo de sospechas, ya que ella cree que soy un macho cabrio (si supiera…)
Así que pedí un up-grade, acusando que la habitación que me habían dado era muy ruidosa y así me dieron una fantástica suite a 4 pisos de diferencia de mi asistonta. (Putisuggest: Si estas en un 5 stars quejarse siempre tiene su recompensa, no dejen de hacerlo con altura y fundamento) Todo marchaba sobre ruedas…
Sabrina cenaría con unos alemanes que había conocido esa tarde en el Spa así que yo tenía vía libre y sin moros en la costa (trola paranoica).
A la hora indicada y en el lugar acordado espere a mi universitario proveedor lácteo, y allí apareció, seguía tan bonito como siempre, cenamos, charlamos acerca del curso que le habíamos dado a la vida, nunca tocando el tema sexo, y empezó a beber (como en los viejos tiempos) y ahí supe que en un par de copas mas lo tendría justamente donde yo quería…
Después de la segunda botella, sugiere ir a un Púb. (Putisuggest: Mendoza tiene muy buena noche, disfrútenla) donde seguimos bebiendo y para cuando eran las 00.30 lo tenía a punto y empezó el discreto manoseo, hice de todo para que su calentura aumentara a niveles impensados (siempre me sale bien eso…) y me lo lleve para el hotel.
En silencio y como era la costumbre, siempre de poca palabras, empezamos lo que supuse que ambos queríamos revivir, rememoré el sabor de esa pija en mi boca, y en quince minutos explotó. Muy para mi sorpresa, no hizo nada mas y acuso estar muy agotado, pero fiel a mi instinto combativo (no me iba a quedar sin lo que quería donde lo quería –Trola caprichosa-) continué en la búsqueda de mas y lo obtuve pero… que decir, ya no era ni la sombra de lo que fue…
Con mis expectativas insatisfechas, y viendo que la situación no daba para mas, le informo la hora que era e inmediatamente comprendió que debía retirarse.
El segundo día no fue lo que esperaba pues había logrado ponerme de mal humor… lo recordaba como un excelente amante y la noche anterior había roto con ello, para dejarme pensando que habría pasado en estos años que no nos habíamos cogido. No creí lo del agotamiento, pues hemos estado días y días sin dormir para rendir Contabilidad patrimonial y sin embargo con dosis de alcohol increíbles garchaba a diestra y siniestra, jamás entendí de donde sacaba tanta leche, y los festejos cuando aprobábamos eran estilo Sodoma y Gomorra.
La jornada laboral transcurrió (gracias a Dior y en pos de mi salud mental) muy bien y bastante relajada, Sabrina si que la había pasado bien, pues esgrimía unas ojeras que no había L’Oréal Touche Magique que se las borre, pero como no quiero generar tanta camaradería no pregunté. (Hija de puta! seguro se volteo a los germanos). Terminamos temprano y esta pendeja bien cojida quería ir a una bodega así que allí fuimos. Después me dedique a relajarme en la pileta y en la noche me fui en busca de un verdadero amante mendocino, saque la agenda mágica y empecé a llamar a los que tenia clasificados con 5 estrellitas (Puticlasificación: 5 stars implica dejar todo lo planeado por ese macho porque es BRUTAL) de los cuales ninguno podían, luego seguí con los que tenían 4 estrellitas y tampoco, hasta que termine quedando con Marcelo un flaco de 40 y tantos que según mis registros solo clasificaba para unas 3 estrellitas. Sin mediar cena ni charla ni nada, le indique en el hotel en el que estaba y el numero de habitación y allí apareció… Y si, era un merecedor de solo 3 estrellas o menos, me dio una aceptable cogida y salió por donde entro…
Mendoza parecía que no me iba satisfacer pero decidí darle una nueva oportunidad a Sebas (no me permitía que una noche destroce el recuerdo de lo buen amante que era), lo llame y para ver si quería que nos encontremos en la mañana, y acepto, reprograme mi vuelo de la mañana y lo pase para la noche, Sabrina se iría a las 8.55hs y yo lo haría 20.20hs, ya no tendría porque preocuparme.
Sebastián apareció en el hotel a eso de las 10 subimos a la habitación y sin alcohol de por medio, empezamos a charlar y luego a calentarnos, hice todo lo que recordaba que le calentaba (De todo) y bien sobrios nos revolcamos por cada centímetro cuadrado de esa cama, el hizo todo lo que solíamos hacer pero a media maquina, de todos modos estuvo mucho mejor que el anterior encuentro, pero sin señales de aproximarse a lo que era… La falta de alcohol parecía notarse pero esta vez se haría a mi manera, y si bien pasamos unas 4 hs metidos en esa habitación entre charla, comida y sexo, me dejo la impresión de que algo se había roto, de que algo había cambiado, cuando intente indagar, solo encontré evasivas por lo que allí quedo todo. Sebastián distaba mucho de aquel que con el que compartí años de pseudoamistad, compañerismo y sexo, y no iba a lograr nada con confrontarlo, al final de cuentas, no era nada mas que un flaco que paso por mi, por mas que le tengo cierto cariño y que en algún momento me involucre demasiado, el no me había elegido ni yo a èl para algo mas comprometido, pero inocentemente creí que había podido detener el tiempo de esta relación con Sebas y volver a lo que un día fuimos y retomar lo que algún día hicimos…
La entrada Ni una sombra de lo que fue… aparece primero en Nosotros Y los Baños.