Mea culpa
Hoy leyendo en el blog, genial por cierto, el testimonio de Ignacio caí en la cuenta que por más que pasen los años y la sociedad evolucione nos juzgan constantemente y juzgamos sin darnos casi cuenta… no hacerlo es un ejercicio diario que pocos hacemos…
Pero es muy inocente creer que por hacer este ejercicio no nos juzguen… es como creer que por ser vegetariano un león no nos comería… esta en su naturaleza, pero en la nuestra esta la inteligencia que nos dio la evolución, bueno en algunos casos…
Ahora por que juzgamos tanto??
Nada hay más obvio como lo que se nos presenta como “lo real” y poco cuestionamos lo obvio simplemente porque es real y lo real verdadero; pero lo real es real o nuestra interpretación de lo observado?
Normalmente no nos estamos cuestionando todo lo que nos rodea, vivimos a mil y no sería eso lo más práctico y quizás sea también porque con muchas respuestas no nos sentiríamos tan cómodos.
Entonces creemos como real eso que miramos desde nuestra perspectiva. Nietzsche decía que no hay hechos, solo interpretaciones. Las cosas no son lo que son, son lo que somos; por eso es importante saber que cuando alguien habla de las cosas está hablando de sí mismo.
Por lo tanto juzgamos lo real como “bueno o malo” según nuestra perspectiva y nuestros propios intereses, para construir una zona franca donde sentirnos seguros y, cuando nos sentimos amenazados automáticamente nos aferramos a lo juzgado, eso nos asegura saber como funciona todo. Es decir, funcionar de una determinada manera da unos resultados también determinados y conocidos, pero en muchos de los casos, insatisfactorios.
Somos como “seres juzgadores” que vamos creando mundos interpretativos según lo que “vemos”. Y vemos según nuestros propios mundos internos, nuestras creencias, nuestras influencias y según “el para qué” estamos observando.
Distinguir que construimos la realidad desde el tipo de observador que somos y que, por tanto, si modifico el observador que soy la realidad aparece ahora distinta, es una enorme posibilidad para dejar de vivir este conflicto que nos aparta del otro cuando no piensa lo mismo que nosotros.
Entonces para sanear diferencias, para unirnos al otro, para hacer que una situación mejore, para lograr una verdadera síntesis superadora, lo importante sería permitirnos salir de ese círculo de seguridad que construimos y comenzar a cuestionar lo juzgado y no lo que vimos para hacer el juicio. Todo enfrentamiento nace en la ignorancia y desconocimiento mutuo entre las partes.
Namasté
Lic. En psicología Diego A.
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