Luego de unos breves minutos de reposo, yo escuché un ruido, cuando levante la cabeza pude ver que en medio de la maleza a unos 10 metros estaban parados dos tipos grandes (para mí en ese momento) de alrededor de 40 años, mirándonos, uno de ellos sobándose la entrepierna, ellos se percataron de que yo los vi., me quede petrificado, mudo, quería salir corriendo, había sido descubierto y no sabía que es lo que pasaría de ahí en más. Leer Sexo, sudor y Selva I

Para ser la primera experiencia sexual concreta y completa, ese día de sexo al aire libre en medio de los arboles y la maleza con Leo estaba por convertirse y un despertar sexual completamente acelerado.
Dos tipos maduros nos miraban con un sonrisa que yo no podía interpretar, si era de burla o de lujuria, yo estaba tirado en la toalla desnudo y con la panza en suelo, levantado la cabeza con terror por haber sido descubierto, cual presa sorprendida por un animal salvaje apunto de atacar. Leo estaba a mi lado tirado de espaladas sin darse cuenta de nada, pero mi silencio extremo lo alertó, se dio la vuelta y cuanto vio a los dos maduros, se levantó y agarrando una mochila y toda su ropa salio disparando en medio del monte, yo estaba en shock, y los dos tipos se empezaron a acercar, mientras yo muy nervioso no podía encontrar ni siquiera mi pantalón y trataba de ver que podía alzar antes de salir corriendo de lugar, ellos aceleraron el paso y se separaron para rodearme.
Ambos tenían mas de 30 años, uno de ellos incluso parecía estar pasando los 40, el mas joven tenia pelo negro, era alto y flaco, tenia una barba rala, y llevaba una camisa arremangada y con casi todos lo botones del pecho abiertos, ademas de un jean azul y botines de obrero. El tipo mas grande, tenia una barba espesa y oscura, un pecho peludo, el cabello corto, y todo su pelo estaba jaspeado por las canas que denotaban sus años, era alto también, pero mucho mas grueso, musculoso, de brazos fuertes y piernas gruesas, su ropa era parecida a la del mas joven (una camisa cuadriculada y un jean) pero era de una calidad distinta, se veía mas fina, mas cara.
Me rodearon y el mas viejo se acercó por detrás y el otro por delante pero a mayor distancia.
-Tranquilo, no te haremos nada que no quieras- me dijo el viejo, yo no podía emitir siquiera un sonido del miedo.
-Me llamo Fabian, él flaco se llama Bruno, vimos todo lo que hicieron- decía mientras se acercaba por mi espalda, en un momento sentí su barba mi cuello, el miedo y la excitación se mezclaban, pero era sobre todo miedo, sentía que podían matarme si querían y nadie nunca se enteraría.
Fabian me respiraba en la nuca mientras yo permanecía de pie duro como estatua, tapando mi sexo con una de la toallas, casi temblando de miedo, el flaco solo miraba de frente a una distancia prudente, apoyado de espaldas en un árbol, mientras jugaba con una pajita que movía entre sus labios y dientes. Sentí como el tal Fabian me pasaba la barba por la espalda, bajando por mis glúteos y llegando hasta la parte posterior de mi rodilla, se levanto rápido y solo vi como su brazo me ofrecía algo desde atrás hacia adelante, en su mano tenia mi ropa interior, el short y la remera y su comentario fue lo mas reconfortarte que podia esperar.
– Tomá, vestite si quieres, te dije que no te haría nada, no tengas miedo-
Agarré la ropa y me empecé a vestir, lo hacia lentamente con cierta desconfianza, sin decir una palabra, ellos solo miraban.
-¿No te gustaria quedarte un ratito mas con nosotros?, si quieres puedes solo mirar, o hacer lo que quieras- me dijo Fabian.
En un principio ni lo pensé, seguí vistiendome y viendo lo que tendría que llevar, pues leo había dejado casi todo, pero Fabian le hizo un gesto al Flaco como llamándolo hacia él, y un segundo empezaron a besarse de una manera muy candente, mientras se besaban Fabian me miraba y me guiñaba el ojo. El morbo que sentí al ver en vivo esa escena fue quizás lo que alimento mis posteriores fantasías de voyeur. Fabian se dio cuenta que yo estaba excitado con la escena, dejó de besar al Flaco y dando dos pasos se puso de frente a mi para luego abrir sus labios rojos y gruesos, posándolos en los míos. Su lengua parecía tener vida propia, era el primer beso con lengua que me excitaba tanto, sus brazos me rodearon y por detrás sentí al flaco apoyándome, yo ya no sentía miedo, solo quería Sexo…..
Mientras tanto el flaco solo miraba o pasaba sus manos por nuestros cuerpos a la vez que se masturbaba, fue allí donde pude ver su miembro, el primer pene de hombre adulto que veía, a pesar de ser flaco tenia un miembro largo y grueso, muy grueso, eso me hacia imaginar como seria el de Fabian.
Fabian se sacó la camisa tirándola a un lado, dejando su pecho fuerte y velludo ante mi, me guió en todo el proceso, me enseño a chuparle los pezones haciéndolo él primero conmigo, mi chupó el pene de una manera que a él le excitaba para que luego yo lo hiciera con él, su miembro era normal pero grueso y venoso, con un forma curva, como un garfio hacia abajo, y el olor de su entrepierna, ese olor a hombre y a desodorante aun están impresos en mi nariz. En un momento empezó a llevarme al piso lentamente, mientras el flaco acomodaba las dos toallas para mejor comodidad, me recostó completamente y en esa posición mientras Fabian me besaba, el flaco le quitaba los botines y los jeans dejándolo en bolas, el flaco hizo lo propio consigo y sin darme cuenta en un momento yo también estaba completamente desnudo. Fabian me dio la vuelta e incrusto violentamente su legua en mi cola, el roce de su barba áspera junto con la suavidad de su lengua era muy delicioso, el flaco se acercó de frente y me ofreció su enorme pija, sin pensarlo dos veces quede en cuatro, recibiendo mi primera mamada de orto por detrás y dando una mamada por delante.
Escuché el Sonido de un plástico rompiéndose, Fabian se estaba colocando un preservativo, en esa posición, en cuatro, sentí como me lleno de saliva la cola y empezó en empujar, me dolía pero no tanto como con Leo, a pesar de que era mas grande, supongo que seria la calentura pues empece a gozar eso como nunca antes, fueron solo unos minutos en esa posición, luego Fabian sin sacarme su miembro me empezó a llevar hacia atrás, alzándome como a un bebe, se recostó sobre su espalda y yo quede entre sentado y recostado sobre él, con mi miembro hacia adelante, el flaco vino de frente y empezó a chupármela mientras Fabian me hacia cabalgar, pero no conforme con eso de tanto en tanto bajaba y chupaba el tronco de Fabian/mi esfinter, mientras Fabian me penetraba. Cuando creía que no podía sentir mas éxtasis, Fabian empezó a gemir, inmediatamente el Flaco hizo algo que yo no esperaba, estando de pie se acerco de frente a mi cara, pensé que quería que se la chupe, pero no fue así, una de frente y con sus piernas abiertas, una a cada lado de mi y de Fabian, empezó a agacharse y se sentó sobre mi miembro, esa sensación caliente y húmeda junto al gemido y las sacudidas de Fabian, simplemente me empezaron a subir las hormigas a la cabeza, comencé a gemir de placer, Fabian gritaba y el flaco también, y casi al unisono, los tres explotamos, el flaco en mi pecho, yo dentro de él y Fabian dentro de mi. ……
Leo se distancio después de ese día, y Fabian se convirtió por tiempo breve, en un mentor del sexo.
Fue la semana donde comencé mi vida sexual, fue una semana intensa, comenzó con el jugueteo con mi vecino y amigo de la infancia, siguió con el sexo con él y terminó con el primer trió de mi vida. Como definió esto mi vida? Pues no lo se exactamente, se que cada experiencia que tuve me marcó pero no definiendo mi vida, simplemente son condimentos que me permiten/permitieron (y si yo quiero permitirán) explorar lo mas puro y lo mas mundano de mi ser.
La entrada Sexo, sudor y Selva II aparece primero en Nosotros Y los Baños.