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Dominación: Carlos y yo adentro de Dani.

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Dani tiene unos ojos azules preciosos, de un color casi transparente. Me gusta que me mire cuando tiene mi pija en la boca, y ver lo lindos que son. Sobre todo cuando ya lleva mamando algún tiempo, y los tiene llorosos de haberle forzado la garganta, y está acalorado y rebozado de saliva y de líquido que suelta mi verga durísima.

Está muy bueno el hijo de puta, aunque tenga la mejilla deformada por mi verga enorme.

A mí me encanta que me coman la pija horas, pero mi mujer nunca me lo hace bien, así tan sediento como Dani.

Pensándolo bien, hasta hace un año no supe lo que era una mamada de verdad. 

Aquel sábado en que salí corriendo del gimnasio por ejemplo, mi mujer me la mamó por la noche, pero nada que ver. Recuerdo que llegué a casa medio inhibido, asustado. Bueno, no me creía lo que había pasado. Le daba vueltas repitiendo lo sucedido, pero era como si mi cabeza lo tratará más como una película vista o un libro leído que una experiencia real. Se negaba a procesarlo como algo que me hubiese ocurrido a mí. La tarde de compras en el Carrefour fue un poema.

Cuando llegamos a casa caí en la cuenta de que estaba muy, muy caliente, cachondo con la boca del pendejo puto, y como se sentiría…estaba a full, con la verga durísima de pensar en lo caliente de esa boca, e incluso me pregunte si hacia diferencia si era una boca de puta, de mi mujer…del pendejo este, no me paraba dar vuelta como se sentiría mi pija ahí adentro, suave caliente… para mi solo. Insistí en echar un polvo ya. No podía más. Pero ella quería esperar a después de la cena…

Me la garche con mas ganas que nunca en mucho tiempo. En el momento de acabarle adentro, me vino a la cabeza la imagen de Carlos sonriente, guiñándome el ojo, mientras el putito de Daniel le chupaba la pija, tal y como paso cuando los vi en ese vestuario.

Todas estas cosas me iban y venían con culpa, con miedo, con calentura, todas las sensaciones muy rápido, iban y venían.
No sabia que hacer. Por un lado yo tenia a mi mujer que me satisfacía…nunca me había planteado…que ahora quería más…todavía mas placer y mas seguido podía tener. Pero bueno… no estaba bien.

Volviendo a hoy igual, pienso que Dani me da las gracias cuando le acabo adentro de la boquita, o en la garganta (se pone más feliz todavía mi puta) después de la mamada. Y hasta la otra vez (que le dije que hablara después de cojermelo un par de horas), me dijo gracias (chupandola un poquito mas) cuando le di permiso de acabar a él, rara vez lo hago, y es un momento muy especial, por que me gusta que acabe sintiéndose culpable, o como mujer, o incluso diciendo que depende de mi para eso, es como que me la pone 10 veces mas dura cuando eso pasa, y como tiene que ser especial…solo se lo permito cada tanto o si me lo estoy cojiendo y acaba solo por eso. Y ojo, no lo logra porque le saliese a él naturalmente, sino porque le enseñe a hacerlo, a gozar plenamente por el culo, como si fuera mi otra mujer…pero es otro tipo de relación.

Un macho superior/puto, y estoy orgulloso de que haya aprendido tanto a como darme placer como me gusta a mi, y que el de el sea secundario, es muy especial para los dos, y creo que es lo que buscábamos desde siempre, fuera de todo prejuicio.

Volviendo a hoy, enseñarle estas cosas a Dani después de haberle enseñado Literatura en clase me da un placer morboso, lo reconozco.

En clase le trato como a un alumno más, de hecho le ignoro un poco más que a la mayoría. Y no me cuesta nada.
Sí me da la risa a veces cuando le veo con su novia (le permití tenerla como pantalla, aunque se muy bien que lo hizo solo por eso, por que noto que le gustan cada vez menos las chicas, son como algo fácil para el. Me gusta controlar toda su vida sexual, y que no me cueste, que el mismo me cuente todo es algo que n lo que estoy trabajando) y sus colegas en los pasillos, como si fuera un pibe común y corriente, acordándome de las cosas que hace conmigo, que es lo que realmente el es.

Pero todo eso estaba muy lejos aquel domingo después de aquel sábado.
Lo que yo pensaba era en las implicaciones de denunciar lo que había visto.
Eso era lo normal, hacer saber a la dirección del colegio lo que había presenciado, para que se tomaran las medidas oportunas.

Creía recordar que Dani era ya mayor de edad, pero aún así ese tipo de conducta significaba el despido de Carlos, y a partir de ahí, un buen quilombo que podía arruinarnos la vida a todos. Porque en realidad, era mi palabra contra la de él, a expensas de lo que el pendejo pudiese decir. Y mi cómodo puesto y mi espectacular situación, empañada por un asunto desagradable que desde luego no me beneficiaría en nada.

Pero, moralmente, mi obligación era indiscutible… eso era lo que tenia en mente todo el tiempo, el pensar en Carlos guiñándome el ojo mientras Dani le pedía que le rompiera la concha con su pija en la boca…no podía pensar en otra cosa y de repente todo el dilema moral me hacia bajar a tierra. El mismo dilema que me hizo salir corriendo cuando los encontré.

Así que, por primera vez, tomé una decisión en oposición directa con mi conciencia: no iba a decir públicamente nada del tema.
Hablaría en privado con Carlos (le debía la posibilidad de explicarse, me decía para justificarme, para justificar lo que en ese momento me parecía algo tan pecaminoso y prohibido) y así procuraría acabar con la situación discretamente.

El lunes no coincidí con Carlos en la sala de profesores hasta mediodía.
Yo estaba nervioso, y él más callado y menos sonriente de lo normal.
Me miró intensamente al entrar y me pareció expectante.
Tuvimos una reunión de profesores, y notaba que cada cierto tiempo me miraba. Al terminar, hizo uno de sus comentarios graciosos y me miró sonriente.

Parecía más tranquilo.

Yo no tenía ganas de sacar el tema. Todo era como siempre, un día normal en mi vida normal. Quizá mañana, si coincidíamos en un descanso…

A las cinco, mientras recogía unos papeles en la sala de profesores entró, y al verme se acercó: “Ey!, quedate vos entonces con la llave del gimnasio que te había dado, así podes entrar y salir cuando quieras…” Me sonrió de oreja a oreja y me guiñó un ojo. Me molesto…pero me quede duro cuando además de decir eso me hizo señas: me hizo el ademán de alguien que garcha, como agarrando un culito, haciendo para atrás y adelante… se rió, y se fue.
Antes de poder contestar, ya se había ido, charlando alegremente con otro compañero, otro profesor que no vio nada.

Al día siguiente en clase, me fijé en Dani.

Era un chico de estatura media, castaño con el pelo corto. Objetivamente, era bastante guapo. Complexión muy atlética pero muy flaca también, de mi estatura, creía recordar que jugaba al baloncesto. No parecía en absoluto preocupado o triste. Mientras hacían un ejercicio, le miré discretamente, mientras recordaba su cara en el gimnasio, los ojos cerrados y la boca entreabierta. Recordé su voz pidiéndole a Carlos que se lo cojiera como a una minita. Noté que comenzaba a parárseme…y me puse colorado, y me moví del lugar teniendo miedo de que Dani se diera cuenta, ya que se quedo duro mirando como lo miraba, como con cara de perplejo, a lo que yo evadí la situación retirándome del patio inmediatamente como si nada..

Me pasé toda la semana evitando a Carlos y espiando a Dani después de eso…y hasta me empezó a pasar algo que no me había pasado antes… empecé a pensar en el culo de Dani, tenia un culo paradísimo, mas que el de mi mujer, pero chiquito…debía ser durísimo, no me imaginaba como hacia Carlos para rompérselo, no me lo podía imaginar por que además me daba mucho corte y al mismo tiempo una calentura terrible imaginármelo con esa pija en el medio del orto, me preguntaba como era que lo disfrutaba Dani con un culo tan chiquito. Pensaba entonces intentando descubrir algo que me permitiese ver en él una pista de lo que realmente sucedía en el gimnasio.

Comparaba mi verga con la de Carlos (la mía mide el doble)…pensaba si en todo este tiempo Dani no tendría la mente de una nena en esos vestuarios, si compararía las pijas de los demás, y como habría sido que descubrió que Carlos iba a tenerlo así, me preguntaba como se sentía romper ese culo con una verga tan grande como la mía, que placer me daría… todo esto se cortaba cuando caía en que estaba calentísimo con hacer a ese chico mi mina…pensar en el placer que debía dar con ese culo y esa boca.

El sábado después de comer, mi mujer se echó la siesta. Si Carlos estaba en el gimnasio, debía ir a hablar con él e impedir que esto siguiera, -me decía.
Era consciente de que me moría de curiosidad por ver que estaba pasando.

Abrí con cuidado la puerta del gimnasio. Me acerqué despacio, con el corazón latiendo a mil por hora. Ahí estaban los ruidos otra vez.

Carlos estaba de pie, mirando hacia fuera de la oficina (a propósito).
De rodillas ante él estaba Dani. Los dos desnudos excepto por la gorra del profesor.
Me vio en seguida y puso la mano sobre la cabeza de Dani, bien fuerte.


Me sonrió.

“Ahora que chupaste un rato te voy a cojer la boca, que yo también tengo derecho Dani…yo se que morís por esta pija… dale, abrí bien esa boca de puta…esa boca caliente…” (Me miro fijo)

Le agarro la cabeza e inclino el pubis adelante, una, dos, tres veces, cada vez con más intensidad. A la tercera, el pendejo tosió y se atragantó, echándose hacia atrás para sacar la verga de la boca.

Carlos le agarro la cabeza por el pelo y le soltó una cachetada en la mejilla. Sujetándole, acercó su cara la suya. (Hoy lo recuerdo y el lo trataba mas suave que yo, no le tiraba mucho del pelo y la cachetada no hizo ruido, solo le hablaba mas fuerte…entiendo cada vez mas por que Dani no tuvo otra opción que someterse a mi y ser mío…yo si lo trato como lo que es y entiendo todo lo que necesita darme para ser feliz, su tiempo, su culo que hizo mi concha, etc.). Era la primera vez que veía como se trata a un puto que necesita verga como Dani…como hay que tratarlos para que te den el placer que un macho se merece.

Hay que aprender a tratarlos y lograr que la entrega salga de ellos… que acepten para que estén, cual es su función en el sexo y como putos. Es difícil a veces, pero un verdadero macho se hace notar en la cama con un chico así, era la primera vez que veía tal cosa y desde ese día nunca mas lo pude olvidar: los putos están para dar placer a los machos…y ese era mi puto, Dani, mía totalmente por decisión propia…muere por mi pija y me la pide por favor hoy. Es increíble como llegó a saber a que hora llamarme al celu para pedirme pija, lo tengo a veces unos cuantos minutos pidiéndomela mientras me la toco…sabe que me gusta cuando mas se entrega…mientras mas bajo cae mas pija tiene y lo sabe.

“Cuantas veces te dije que no saques la verga de la boca,…dale, …va otra vez a ver si te sale mejor,… pedímelo…”

“Por favor, Carlos, cojeme la boca…”

Carlos le acarició la cara con la mano. “… si queres podes decirme lo de la conchita, que sabes que me gusta pero vos mismo me dijiste que querías decirlo…anímate…”

“por favor, cojeme la boca, úsala como una conchita que da gusto a un hombre como vos…. para tu pija es…”

Carlos se rió despacio, le metió la verga de nuevo en la boca y empezó a bombear.

“… lo zorra que sos Dani, …aprendes todo muy rápido y muy bien…¿ te acordas al principio cuando te resistías?…pero ves como yo tenía razón…sos una maricona…además de las putas, putas de verdad…me lo vas a agradecer toda la vida…y todos los tipos que te usen también me lo van a agradecer..”

Me miró con una sonrisa torcida, de hijo de puta y decía todo esto con los ojos para arriba sintiendo la boca de Dani, la que iba a ser mi boca en un tiempo no muy lejano. Dani se atragantaba pero Carlos le tenía la cabeza bien sujeta. Y había dejado el culo de Dani expuesto para mi…
Otra vez estaba en ese gimnasio completamente con la pija dura que quería salirse sola del pantalón para meterse ahora en el culo de Dani, ya que la boca la tenia ocupada, le iba a entrar por atrás. Carlos me miraba fascinado. Yo, reventaba. Lo íbamos a compartir. Carlos y yo nos reuniríamos dentro del cuerpo de Dani.

 

Esta vez no me fui.

La entrada Dominación: Carlos y yo adentro de Dani. aparece primero en Nosotros Y los Baños.


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