![Bred Sinclair]()
Bred
Esto me ocurrió en el verano. Situación? Uruguay, playa Nudista Chihuahua, Marihuana, mucho sol y cuerpos que peregrinan en el atardecer hacia el bosquecito encantado tras las dunas. “Un laberinto natural y sexual” reserva de putos, trabajadores sexuales, heteros en fuga y conocidos parroquianos de la tetera oriental. Adoro el este!

Bred
La playa es enorme, inmensa. Hay lugar para tod@s: primero se ubican las familias y los heteros naturistas, cerca del bañero (que por desgracia no baña a nadie). Más acá están los gays escuchando música electrónica y tomando coronitas, y por último, bien a lo último, estamos las maricas empelotadas, y alguna que otra parejita heterosexual que disfruta del exhibicionismo. MUCHOS CRÉANME! Que miran subrepticiamente pero no se animan a dar el primer paso.
Alguien me dice que cuando cae el sol acá en la playa… (diría LuisMi, que está tan de moda) adentro del bosque “la cosa” se pone. Yo veo muchos putos que van y pocos que vienen, casi ninguno! No sé muy bien que es “la cosa” pero ya me dieron ganas de tocarla y palparla.
Sigo mi camino y me adentro en el bosque.
Empiezo a recorrerlo, las ramas me arañan, los yuyos me pican las piernas, subo y bajo por los caminitos, de repente el bosquecito es más grande por dentro que por fuera. Ya hay determinados recovecos que me parecen conocidos, o tal vez son el recuerdo de otro bosquecito de otro lugar.
Por fin diviso a una persona que se pierde entre las ramas y los arbustos, trato de seguirlo, y me voy encontrando con más y más gente, todos en actitud de ya sabemos qué. La mayoría no me gusta así que evito totalmente de hacer contacto visual como si eso me hiciera invisible.
Salgo y entro una y otra vez del famoso bosque y un flaco en la entrada (ponele) me pregunta si quiero hacer algo. Al toque lo quedo mirando y le digo “cuánto?” 500, me tira. Le digo que prefiero cobrar yo antes que pagar y bajo un arbol del pecado nos quedamos chamuyando. Estaba ofreciendo sus servicios sexuales por ahí, pero que eran todos amarretes, que uno le dio 300 para chuaparle el culo.
En una de esas vueltas me encuentro con uno que ya había fichado antes, un osito, con barba hipster pero mas hippie que hipster. Haciendo gala de mi poder chamuyeril rosarino le saco charla, él muy simpático responde a todo y enseguida toma el mando de la conversación. Qué manera de hablar este puto, por favor!!!
Con el mismo tono de voz que usó para decirme está linda el agua me preguntó de mis preferencias sexuales, respondí no se qué y ya tenía invitación para la consumación del acto sexual ahí en pleno bosquecito.
Ni a Blancanieves le funcionó tan rápido!!
Ya en pleno acto, estando yo hincado, el pibe seguía sin callarse, entre elogios a mis habilidades me contó que tenía mujer e hijos, que era de Buenos Aires y que cuando iba a Uruguay siempre iba a esa playa a relajarse, que en invierno era más tranquilo aunque hacía frío, que lo sabía porque iba a una casita que es de la familia, donde estaba parando ahora, que si quería íbamos en su moto a no sé dónde y que me pasaba su skype para quedar en contacto. No se calló ni un segundo. Ni antes ni durante, ni después de acabar.
Hay gente que necesita que la escuchen. Cuando por fin tuve la boca libre, le dije que me parecía que tenia que ir a un psicólogo porque tenia mucho para hablar, que a mi me había funcionado y le pasé el número de mi terapeuta. Realmente necesitaba de alguien que lo escuche, ¡pero no iba a ser yo!
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