Tenia 16 años y lo único que quería era comerme a mi profe de gimnasio. Yo estaba en ese limbo adolescente en donde el sexo era lo único que pasaba por mi cabeza.
El era un adonis, ese hombre levemente musculoso y simpático que tiene todo edificio deportivo.
Su pareja era otro bombon y juntos eran socios de ese lugar, por ende no era fácil encontrar momentos a solas.
Yo no había hecho nada con ningun hombre. Era mi primera vez…
Una noche de verano de mucho calor me quede con el mismo grupo de siempre hasta muy tarde en el complejo.
Lo vi entrar al vestuario y luego de esperar un minuto me mande también.
El estaba sentado arreglándose las zapatillas cuando le empece a hablar de banalidades.
Llego el momento de despedirnos y naturalmente nos dimos un abrazo. Me latía el corazón a mil años luz.
‘Porque estas tan nervioso?’ Me pregunto y casi muero. No dije nada. Aun abrazados nos miramos y nos fundimos en un beso muy tierno y juvenil. ‘Esperame’ y se fue. En menos de 5 minutos escuche como apagó casi la totalidad de las luces del lugar, forma muy sutil de echar a los pocos que quedaban por ahí.
Cuando entro de nuevo traía su bolso.
‘Nos duchamos?’ -El.
‘Nunca hice nada’ -Yo.
‘Y que te gustaría hacer?’ Mientras se quedaba en bóxer. Su bulto estaba a full y mi corazón galopaba.
‘Te la quiero chupar’ -y eso hice.
Tenia la verga al palo y yo lo disfrutaba muchísimo. Habia visto esto en muchas películas, y ahora ahí me encontraba, en mi porno ideal. El gemía y me decía que lo estaba haciendo genial. Recorrí su poronga con mi lengua. Olí ese olor por primera vez.
‘¿Bebé queres que te coja?’
Mientras tenia la pija en la boca lo miré y le asentí con la cabeza. Se estaba cumpliendo mi sueño de que ese hombre me haga todo eso.
Fuimos a la ducha mas alejada y me hizo apoyar en la pared y me empezó a tranzar el culo. Fue ahí cuando entendí lo que era el placer. Gemía. Empezó a puertarme y aunque me dolió al principio logre disfrutarlo. El sabia tocarme. Prendió la ducha y mientras me cabalgaba me pajeaba. Dure muy poco hasta que acabe y aunque lo advertí el siguió hasta que llene las paredes de waska. Él al minuto me acabo en la espalda. Todo mojado me llevo a un banco y me senté encima del el. Nos besamos y me lleno de palabras dulces y caricias. Entro alguien al vestuario y supimos actuar rápidamente y nadie se enteró de nada.
Desde ese día comenzó una relación con Él. Con ‘el primero’. Fue mi primera vez. Fui su amante, y el destino y las cosas de la vida me convirtió en el amante de su pareja años después. Pero esa es otra historia.
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