
Un atractivo joven se arregla para salir un sábado. Se afeita, se peina y elige vestuario. En otra habitación, alguien menos agraciado se acicala y perfuma. Más tarde, los dos se encuentran en una discoteca. El guapo se apoya en la barra y bebe un gin tonic; el feo baila acompañado. El secreto está en la fragancia, cuyo frasco aparece al final del anuncio.
Hasta ahora, relacionar aromas con la libido servía para vender, pero recientes estudios sobre las feromonas –sustancias presentes en el olor corporal (en el sudor), sobre todo en el de los hombres– llevan a pensar que el instinto animal desempeña un papel mucho más importante.
En mi caso, al llegar la época estival y producir un aroma a chota increíble. Auténtico marcaje de macho alfa dominante, no uso desodorantes, ni colonias, ni mariconadas del estilo. Mi olor corporal es mi firma.
Lo sé, me va a caer la del pulpo en forma de respuestas del tipo “EL GUARRO” o “QUIERO OLERTE ESTA NOCHE”, pero seamos sinceros:
Todo hombre que se precie como tal, disfruta de la compañía de su olor animal y sabe que tod@ hasta todEs ser en edad reproductiva anhela hincar el hocico en una bolsa escrotal bien cargada de feromonas y guasca.
Rascarse los testículos y después olerse la mano es el símbolo del auténtico machoalfismo de lomo blanco, y todo macho alfa que se precie tiene al menos esa costumbre.
El olor corporal, como “complemento” del sexo, está estudiado en sus diversas variables, feronomas de atracción, por ejemplo. En el caso de la experiencia homo, se ha planteado seriamente que los olores naturales o “forzados” de la primera experiencia, inclusive los olores del entorno (baños, parques, sábanas, etc) asociados al placer de esa experiencia, quedan fijados en el subconciente como parte de ese paisaje idílico placentero.
Se asocia, también la presencia de la “memoria” del olor, a las fijaciones de “retorno a las fuentes” como el olor a vestuario del colegio, el olor de las discos de hombres, el olor deportivo, etc. como paisajes recurrentes de ese retorno.
Este es uno de las grandes limites de la producción cinematográfica porno: la incapacidad de reproducir para el espectador, los olores inherentes de la escena, aún cuando con los gestos y actuaciones éstos puedan ser insinuados. La satanización de los olores corporales, que es parte de la propaganda capitalista (procura satanizar los cuerpos), entonces nos encontramos con unas sexualidades reprimidas y de plástico.
Retornar a los olores y su percepción, es parte de la sexualidad revolucionaria que busca reivindicar el cuerpo desde su perspectiva humana y no comercial.
El olfato es uno de los mas importantes sentidos en todos los aspectos pero especialmente en el sexo. No entiendo a los que les gusta la pija perfumadita o sin olor recién lavada. Se pierden un sentido muy importante para gozar el sexo. La pija debe tener aroma a pija, ese aroma de una pija después de un día o dos sin bañarse. A veces la baranda a pija sucia es un poco fuerte, prefiero ese aroma tan rico para disfrutarlo un rato con la nariz antes de llevarlo a la boca y disfrutarlo allí. También el olor del culo, el perineo, y las bolas. Siempre primero disfrutar con la vista, luego disfrutar con el olfato esos aromas a macho, luego el tacto con los dedos, la lengua, el roce de la piel, sentir su temperatura, su dureza, y sentir el gusto exquisito de la pija, el gusto salado de los huevos y la piel, sentir el gusto de la cola con la lengua…
El sexo sin olores y aromas es como sentarse a comer un asado y que la carne tenga olor a desodorante… así de terrible…
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