Esta experiencia no es sexual, pero abrió todo un abanico de pensamientos y reflexiones en mi cabeza.
El creer que se pertenece a cierto grupo, que debe actuar y ser de tal forma. Un grupo con parámetros establecidos y minuciosamente estipulados. Es como meterse en un círculo vicioso. Los prejuicios y los miedos que eso contrae, nos va traer trabajo disolverlos con el devenir de la vida.
Era de las personas que tenía mi librito de definiciones e intentaba poner a todos en mi tubo de ensayo. Quizá lo hacía de ignorante, al no poder comprender una situación mucho más compleja que excedía mis limitaciones. También las cosas más delineadas, hacen que uno se sienta más ‘seguro’ dentro de su pequeño mundo.
La siguiente era mi única forma de pensar:
Que si sos femenina tenes que ser solo pasiva, tu deber es buscar a tu macho activo (mientras más masculino mejor) que te haga sentir una hembra. Ese es el significado de tu vida y tu existencia.
Todo era muy claro todo para mí, no había lugar a otra cosa, ni a otra forma de pensar, nada podía salirse de esa premisa.
Por suerte al ir creciendo, vas cambiando, y empezas a percatar que la vida pasa por otro lado. Que no todo son definiciones estrictas, que un día podía levantarme y sentir que necesitaba otra cosa.
Me di cuenta que muchas de mis actitudes, no fueron siempre las mejores, y me estaban perjudicando más de lo que me ayudaban. Ver que ya no pertenecía mas a ese grupo del que formaba parte. Algo distinto ocurria, porque es imposible no ser vulnerable a todos los nuevos estímulos que vamos recibiendo. ¿Cómo mantenernos estáticos con un mundo que cambia tan vertiginosamente?
No hay que tener miedo cuando las dudas y preguntas son más que las respuestas y las certezas.
Santa fe y Talcahuano, Galería 5ta Avenida, cerca del mediodía:
Cada vez que pasaba por la Bond Street, también hacia unas cuadras más hasta llegar a la Quinta Avenida. Es una galería que te venden desde un vinilo bien antiguo hasta ropa vintage o accesorios. Generalmente solía echarles un vistazo rápido a las vidrieras, pero en esta ocasión, mis ojos se clavaron en un vestido precioso, no pude resistir la tentacion y entre a verlo. Adentro del local, había un pibe sentado leyendo un libro, parecía ser el vendedor, pero no me dio mucha bola, y a mí tampoco me importo. Fui directo a observar la tela del vestido, ver sus terminaciones y su color. Luego de escanearlo, no había duda de que era original y bien hecho, pero necesitaba saber los talles. Es en ese momento que levanto la vista y lo observo mejor al vendedor. Era un fucking fuego! Tenía lindos rasgos, un corte de pelo onda milico, flaco y alto, vestido con bermudas camufladas, musculosa negra y zapatillas. Seguía leyendo el libro, sentado en posición muy cómoda con las gambas abiertas. Me acerco a preguntarle por los talles y precios. El pibe levanta la cabeza, y sus pupilas se fijan sobre mi rostro. Al ver la mirada tan profunda, tan intensa, siento una electricidad que envuelve y recorre todo mi cuerpo. Mientras respondia mi pregunta, admiradaba su belleza, que iba acompañada con una masculinidad extremadamente magnética. No sé cómo explicarlo, su voz, sus formas de mirar, de moverse, de respirar, era de lo más sexy y erótico que había visto en mucho tiempo. De todo lo que me dijo, solo capte que la vendedora estaba por venir. Creo que el pibe se dio cuenta que me dejo embobada, por eso me retire lo más rápido posible, diciéndole que volvía más tarde.
No pude sacármelo de la cabeza, era de los hombres más masculinos y lindos que había visto desde hace tiempo. Pero mientras rebobinaba una y otra vez la situación en mi cabeza, de repente, empiezo a prestarle más atención a un detalle. El pecho del pibe no era plano, la musculosa negra dibujaba dos protuberancias pequeñas, como si el tuviera tetas. Al principio pensé que podía ser un problema hormonal, y a su vez pensar en hormonas, me hizo caer en la cuenta de que… quizá…
No era un chabón! …
Mi mente se enmaraña y entra en conflicto. No entendía nada, no podía creer lo que había visto. Pensar que quiza me hubiera arriesgado a pedirle el número, que me había puesto a pensar si la vendedora era su novia, o lo más loco aun, ver la posibilidad de tener una noche de sexo ardiente con él. Todos estos pensamientos, fueron lanzas que se incrustaron en el núcleo central de mi identidad sexual.
Tenía que volver, tenía que saber, develar el misterio. ¿Es o no Es?
No se me pasaba por la cabeza seducirlo, solo quería volverlo a ver, observarlo, y tener finalmente la certeza de algo que me tomo desprevenida.
Visite la galería en varias oportunidades, no solo esa semana si no la siguiente. Al pibe no lo vi más, solo estaba la vendedora y el vestido que seguía ahí colgado, era el único testigo de aquel día.
¿Y si entro igual y trato de sacarle información a la mina sin importarme nada?
Es ahí cuando caigo en la cuenta, que le puedo preguntar a Mariana, una piba que labura en la misma galería. Nos llevamos muy bien y soy re buena clienta.
Pero… ¿Cómo le hacía entender la posibilidad de que el pibe era trans? ¿No lo estaba exponiendo al pobre de cierta manera?
Al final me encontré haciendo lo que criticaba de la gente, estaba siendo obvia, poco disimulada, y metida en la vida sexual del otro. Siempre me resulto molesto cuando secretean sobre mí, cuando me miraban más tiempo de la cuenta, y parecía que yo estaba yendo por ese camino. Que interesante el momento, en que la vida nos pone en estos lugares, y nos da vuelta como una tortilla. Tal vez estaba viviendo en carne propia, lo mismo que mucha gente hetero siente conmigo. Mi cabeza daba miles de vueltas, bebía del veneno, que resultó ser el antídoto.
Me decidi por ir a verla a Mariana, pero sin tocar el tema de la sexualidad, trate de pedirle información con la excusa de que me gustaba mucho el pibe. Me comento que lo habia visto muy pocas veces. Que la vendedora del lugar ya tiene pareja, asi que descartaba la idea de que el sea el novio. Aunque después me dice: Vos sabes cómo es esto. Puede ser que el pibe que me decís, también se la mueva. Acá se ve muy seguido eso.
Me fui con más dudas que certezas.
Finalmente era hora de abrir la caja de pandora, algo que debería haber hecho antes. Busque información sobre hombres transexuales, visitando varios foros, googleando a full, pero fue al ver los videos en YouTube cuando empecé a comprenderlo todo. Los miraba, los escuchaba hablar, y sentía la misma sensación, que tuve con el pibe aquel día. Mis propias emociones, mi propio instinto, me estaba dando de cierta forma la respuesta. Estos hombres son hermosos, perfectos, masculinos, naturales, tan complejos, tan interesantes. Mi típica fascinación por el macho de barrio que toma birra en la plaza, quedaba totalmente eclipsada enfrente de estos pibes.
Las flechas incrustadas en el núcleo de mi identidad sexual, solo fueron absorbidas y dejaron de ser algo preocupante. ¿Qué problema hay si me gusta este pibe? ¿Y si quiero probar ir mas allá y compartir su intimidad? ¿Que importan los roles, los géneros, o lo que juzguen los demás?
Pienso que los hombres transexuales son de los más INTERESANTE, LINDO Y ERÓTICO QUE EXISTE.
Después de alrededor de 1 mes, me llega la información de que el pibe era trans, y que era hermano de la vendedora.
Para los curiosos, les dejo algunos Nombres: Aydian Dowling, Sawyer Devuyst, Skylar Kergil -el del centro- (Mi favorito!), Ben Melzer, y Laith Ashley de la Cruz, -el de la izquierda- (Un latinazo que te prende fuego).
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