¡Hacer el amor con Alejandro en el Le Corbusier de Max era lo Máximo!
A los 17 años conocí otro de los amores de mi vida,
uno de los que mas amé, Alejandro de 22.
Dueño de una pija legendaria por larga, gruesa y rica.
Amigote de mis nuevos amigos.
Mis primeros amigos gay y hermanos de la vida!
Santi, Máximo y Diego, tres años mayores.
Alejandro era guapísimo, daba unos besos gloriosos y era muy cariñoso.
No nos veíamos tanto como me hubiera gustado.
Vivíamos muy lejos uno del otro y en casa de nuestros padres.
Curtíamos muchísimo la Galería de Este que estaba de moda hacía un largo tiempo.
Lugar de levante, sociales, arte e importante tetera el baño del primer piso del bar.
(no sabía que existían ‘todavía’ ni esos lugares ni la promiscuidad a ese nivel)
Sus clásicos locales de antigüedades.
la histórica disquería ‘El agujerito’
Aún resistiendo los embates del tiempo y las nuevas tecnologías.
Ale fue la primera persona que me dijo ‘te amo’ en este lugar.
Enamorado y correspondido por primera vez!
Era el mas feliz del mundo!
Íbamos a los shows de los Jueves de Sandra Mihanovich en el famoso Shams en F.Lacroze 2121
También curtíamos el famoso bar Merlín en Montevideo y Alvear, el de la palmera en la entrada.
De los primeros lugares de encuentro gay ‘tapados’ y muy ‘Chic’
Los primeros shows de Sumo en el Parakultural entre tanta movida nocturna que había.
Que buenas épocas!
Nuestros encuentros amorosos eran la mayoría en lo de Máximo que tenía casa grande y vivía solo.
Otros, los mas frecuentes en hoteles de Recoleta.
El Prince en Arenales y Callao de los que mas usábamos.
Amaba dormir con El donde fuera…
Una vez en Mar del Plata dormimos abrazados en la entrada de un edificio.
Todo para estar juntos!
Teníamos una particular forma de cojer.
Sacando los mimos y sus abrazos;
Le chupaba la pija y me tragaba la leche.
Tenía una técnica excelente para chupar pero con Ale fue el doctorado.
Pija de 22 x 6 cm.
Me follaba la boca por horas en el Le Corbusier del escritorio de Max.
Fue lo que más ame en mi vida.
El timming era perfecto.
Siempre acabábamos al mismo tiempo.
Con cada litro de leche que me tragaba más me enamoraba!
Siempre después de tragarme su néctar que era una delicia suprema,
nos quedábamos por horas abrazados y conversando.
También me garchaba.
Pero lo que más nos gustaba eran las mamadas en el ‘Le Corbusier’
Lo ame profundamente. Un día me dejo por otro.
Todavía hoy después de más de 30 años siento su olor.
El gusto de su magnífica leche.
Su piel contra la mía y sus tiernos besos…
En esa época cambiar de novio era corriente y no estaba mal visto.
Igual lloré una noche entera por eso.
Lo supere rápido había mucho por conocer y estaba de moda la Parrilla Rosa.
Comíamos ahí casi todas las noches con mis amigos y seguía sin parar la salida a conchetear que como siempre terminaba en New York City y conociendo a alguien.
♫love is in the air♪♫
sonaba sin cesar y a los pies de la melodía y la letra caíamos rendidos.
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