Pasionero | pasionero@gmail.com
Hola antes le mando un beso en los huevos a Fernando River, que, en mi imaginación, sos como esos chongos que me comí en Amerika, mas de uno, fuertes y con mucho olor a testosterona. Una noche muy tarde, después del teatro y cena con amigos fuimos a Amerika a terminar la noche borrachos; ellos con la verga en paz y yo con el culo dilatado. Fiesta con mucho strippers, show de la Lynch, unos billetitos que te daban por cada bebida que consumías. Muchísima gente, apenas podías moverte. Luego del show vino la sorpresa, un sorteo. Entre tanta gente yo gane el premio mayor. Sorprendido tuve que subir al escenario; habría 5000 personas como era de costumbre? Por el proscenio camine como una cuadra desde la escalinata hasta donde estaba la Lynch y los chongos. Me dijeron de todo, mucha gente me prometió romperme el orto, otros me me silbaban. Esa noche tenia unos pantalones súper ajustados, rotos, una musculosa negra ajustada (jamás me vestía así para salir…pero esa noche se me canto ir así…) la Lynch hizo una exclamación al verme y dijo algo que no escuche porque quede sordo, ciego y mudo de tanta exposición. El premio: uno de los strippers pasaría conmigo una noche y una cena. Los mire e inmediatamente se me transformaron en carnaza, en un cacho de carne sin libido. Igualmente elegí a uno de los rubiecitos, muy chonguito. No doy loca, pero tampoco rompe orto. Tranqui. Pero uno de los compañeros de escenario le dijo al que elegí “esta noche te hace el orto”. Todos rieron. El rubiecito río como diciendo que lo iba a pasar mal. Yo continúe con el momento estelar. Me dieron los tickets para la cena en no se que restaurante promotor de la noche y que era un reducto gay con posible cocina de dudoso menú. Baje del escenario y rompí los tickets y los números de teléfono para llamar al chico y a los organizadores. Me fui al túnel. Allí había mucha gente caliente, todos jadeantes y me sumergí. Un flaco barbudo, de dos metros de alto por 1,50 de ancho me aplasto contra la pared, me pego una mamada de oreja que casi me desmayo, me chupeteo el cuello, me tenia agarrado de la cintura, me agarro las nalgas, se apretó hacia mi, y sentí una bella verga dura que prometía felicidad. Me puse de espaldas a la pared, arquee la espalda, estire mis brazos para agarrarlo por el cuello, el enorme me agarro con las dos manos el culo, lo apretó con fuerza, me desabrocho el cinturón y los botones, me bajo el slip, y metió dedos hasta dilatarme, saco la pija y me pidió que se la mame. Enorme pedazo, una lanza esplendida. Mientras me preparaba para ser penetrado contra la pared, alguien deslizo su mano sobre mis nalgas adorándolas, con suavidad, hermosa caricia que me detuvo y la deje sentir, hermoso momento de sublime caricia de alguien que no lograba reconocer en el tumulto que deseaba gozar ese gesto. El gety, esperaba con la verga enforrada y deseante de llenarme. Costo poquito, me hizo doler con placer, y entro hasta sentir el golpeteo de lo huevos en la entrada. Bella cogida, sentir sus enormes pilares de roca, columnas de un esplendido templo. Me rocío la espalda de leche. Acabe como un perro, sentí mi ano muy bien tratado, humedecido, alguien me pedía desde una dulce barba que se la chupara para hacerlo acabar. Lo hice por amor al prójimo. Mi amigo bestial, chorreaba y me esperaba, el otro acabo en mi cuello. Me limpie, me limpio, me beso con amor profundo y se fue entre la multitud. Pensé que fue mejor, quizás , que la cena con el stripper. Estuve tres días a pajazos limpios en mi soledad, sin poder disipar las imágenes que me explotaban de todo cuanto ocurrió. Hay noches que solo se viven en Amerika…
Hola antes le mando un beso en los huevos a Fernando River, que, en mi imaginación, sos como esos chongos que me comí en Amerika, mas de uno, fuertes y con mucho olor a testosterona. Una noche muy tarde, después del teatro y cena con amigos fuimos a Amerika a terminar la noche borrachos; ellos con la verga en paz y yo con el culo dilatado. Fiesta con mucho strippers, show de la Lynch, unos billetitos que te daban por cada bebida que consumías. Muchísima gente, apenas podías moverte. Luego del show vino la sorpresa, un sorteo. Entre tanta gente yo gane el premio mayor. Sorprendido tuve que subir al escenario; habría 5000 personas como era de costumbre? Por el proscenio camine como una cuadra desde la escalinata hasta donde estaba la Lynch y los chongos. Me dijeron de todo, mucha gente me prometió romperme el orto, otros me me silbaban. Esa noche tenia unos pantalones súper ajustados, rotos, una musculosa negra ajustada (jamás me vestía así para salir…pero esa noche se me canto ir así…) la Lynch hizo una exclamación al verme y dijo algo que no escuche porque quede sordo, ciego y mudo de tanta exposición. El premio: uno de los strippers pasaría conmigo una noche y una cena. Los mire e inmediatamente se me transformaron en carnaza, en un cacho de carne sin libido. Igualmente elegí a uno de los rubiecitos, muy chonguito. No doy loca, pero tampoco rompe orto. Tranqui. Pero uno de los compañeros de escenario le dijo al que elegí “esta noche te hace el orto”. Todos rieron. El rubiecito río como diciendo que lo iba a pasar mal. Yo continúe con el momento estelar. Me dieron los tickets para la cena en no se que restaurante promotor de la noche y que era un reducto gay con posible cocina de dudoso menú. Baje del escenario y rompí los tickets y los números de teléfono para llamar al chico y a los organizadores. Me fui al túnel. Allí había mucha gente caliente, todos jadeantes y me sumergí. Un flaco barbudo, de dos metros de alto por 1,50 de ancho me aplasto contra la pared, me pego una mamada de oreja que casi me desmayo, me chupeteo el cuello, me tenia agarrado de la cintura, me agarro las nalgas, se apretó hacia mi, y sentí una bella verga dura que prometía felicidad. Me puse de espaldas a la pared, arquee la espalda, estire mis brazos para agarrarlo por el cuello, el enorme me agarro con las dos manos el culo, lo apretó con fuerza, me desabrocho el cinturón y los botones, me bajo el slip, y metió dedos hasta dilatarme, saco la pija y me pidió que se la mame. Enorme pedazo, una lanza esplendida. Mientras me preparaba para ser penetrado contra la pared, alguien deslizo su mano sobre mis nalgas adorándolas, con suavidad, hermosa caricia que me detuvo y la deje sentir, hermoso momento de sublime caricia de alguien que no lograba reconocer en el tumulto que deseaba gozar ese gesto. El gety, esperaba con la verga enforrada y deseante de llenarme. Costo poquito, me hizo doler con placer, y entro hasta sentir el golpeteo de lo huevos en la entrada. Bella cogida, sentir sus enormes pilares de roca, columnas de un esplendido templo. Me rocío la espalda de leche. Acabe como un perro, sentí mi ano muy bien tratado, humedecido, alguien me pedía desde una dulce barba que se la chupara para hacerlo acabar. Lo hice por amor al prójimo. Mi amigo bestial, chorreaba y me esperaba, el otro acabo en mi cuello. Me limpie, me limpio, me beso con amor profundo y se fue entre la multitud. Pensé que fue mejor, quizás , que la cena con el stripper. Estuve tres días a pajazos limpios en mi soledad, sin poder disipar las imágenes que me explotaban de todo cuanto ocurrió. Hay noches que solo se viven en Amerika…La entrada Hay noches que solo se viven en el túnel Amerika… aparece primero en Nosotros Y los Baños.